Creo
en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza...
Creo
en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza; espero en ti, pero ayúdame a
esperar sin desconfianza; te amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te
quiero; estoy arrepentido, pero ayúdame a no volver a ofenderte.
Te
adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin; te alabo,
porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en ti, porque eres mi
protector.
Que
tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me
consuele y tu poder me defienda.
Te
ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti; te ofrezco mis
palabras, ayúdame a hablar de ti; te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu
voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por ti.
Todo
aquello que quieres tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú,
como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras.
Te
pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, que fortalezcas mi voluntad, que
purifiques mi corazón y santifiques mi espíritu.
Hazme
llorar, Señor, mis pecados, rechazar las tentaciones, vencer mis inclinaciones
al mal y cultivar las virtudes.
Dame
tu gracia, Señor, para amarte y olvidarme de mí, para buscar el bien de mi
prójimo sin tenerle miedo al mundo.
Dame
tu gracia para ser obediente con mis superiores, comprensivo con mis
inferiores, solícito con mis amigos y generoso con mis enemigos.
Ayúdame,
Señor, a superar con austeridad el placer, con generosidad la avaricia, con
amabilidad la ira, con fervor la tibieza.
Que
sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor en los peligros, paciencia
en las dificultades, sencillez en los éxitos.
Concédeme,
Señor, atención al orar, sobriedad al comer, responsabilidad en mi trabajo y
firmeza en mis propósitos.
Ayúdame
a conservar la pureza de alma, a ser modesto en mis actitudes, ejemplar en mi
trato con el prójimo y verdaderamente cristiano en mi conducta.
Concédeme
tu ayuda para dominar mis instintos, para fomentar en mí tu vida de gracia,
para cumplir tus mandamientos y obtener mi salvación.
Enséñame,
Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la
brevedad de esta vida y la eternidad futura.
Concédeme,
Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para
librarme del infierno y obtener tu gloria.
Por
Cristo nuestro Señor.
Amén.
Por favor difundir…
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario